Un bosque de esculturas
En El Retiro, antiguo jardín del palacio del mismo nombre, es tan fácil perderse entre las arboledas como hacerlo mientras se busca el monumento dedicado a nuestro intelectual, artista, héroe, dios, diablo o idea favorita –porque de todo hay en esta miscelánea escrita entre las hojas con el molde o el cincel–. No todas las estatuas que pueblan el parque tienen el mismo valor, pero muchas de las que aquí incluyo no desentonarían en los vecinos museos del Prado o el Reina Sofía. Nuestra itinerario comienza en la Puerta de Madrid, que da la de la calle de O’Donnell, y, siguiendo las agujas del reloj, baja hacia al sur por el Paseo de Coches (Paseo de Fernán Núñez) y hasta la Fuente del Ángel Caído, y desde ahí sube otra vez hacia el norte para pasar por el Parterre y el Estanque Grande.