Puerta de El Capricho

En la última edición de la Madrid Fashion Week, Josep Font, diseñador de las colecciones de Jesús del Pozo, eligió para su desfile el Parque del Capricho. Y, entonces, mucha gente descubrió el que es uno de los jardines más bonitos, románticos e idílicos de la ciudad. Un gran desconocido. 

Resulta difícil imaginar a Francisco de Goya pintando su célebre Escena de brujas para presidir una de las salas del palacio del Capricho. De aires románticos, los jardines donde se emplaza parecen lugar poco adecuado para albergar el aquelarre que en la actualidad puede contemplarse en el Museo Lázaro Galdiano. El cuadro en cuestión fue un encargo de doña María Josefa Alonso Pimentel, duquesa de Osuna, amante de las artes, las letras y la música, que quiso reproducir el Petit Trianon de Versalles en su finca, situada entonces a las afueras de Madrid.

De aquellos sueños de grandeza nació a finales del siglo XVIII este parque, que sólo permanece abierto durante los fines de semana y los días festivos. Por sus apenas 14 hectáreas hay lilas, robles, cipreses, pinos… y también algún que otro monumento levantado por expreso deseo de la duquesa. Ella quiso su propio embarcadero. Y lo tuvo. Y también fuentes, un templete dedicado a Baco, un laberinto de arbustos, un pozo  y hasta un abejero  frente al que le gustaba degustar una taza de chocolate.

Fuente en el Parque de El Capricho.

Un dato para curiosos: mucha gente lo desconoce pero la ciudad de Madrid tiene su propio camping, el Camping Osuna. Y, además, en un sitio inmejorable, a sólo dos pasos del parque. Y ya que estamos, otra recomendación al aire libre:  muy cerca de El Capricho, otro parque, el Parque Juan Carlos I, resulta especialmente agradable. Entre árboles, senderos y estanques destacan sus llamativas esculturas de arte contemporáneo. Se puede recorrer en bicicleta -¡son gratuitas!-, aunque lo mejor aquí parque está en el aire. El viento que sopla gracias a su altura lo convierte en un lugar ideal para volar cometas.

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