Así es Il Tavolo Verde, un espacio muy singular, en el que te sientes como en casa.

Así es Il Tavolo Verde, un espacio muy singular, en el que te sientes como en casa.

Muchas tardes entre turno y turno, viene mi amigo José Luis a sacarme del restaurante para ir a correr un poco al Retiro. Nos sirve de entrenamiento y, lo mas importante, marujeamos un poco. Hoy ha venido, pero he preferido invitar a mi amigo a merendar y conocer a mis vecinos de enfrente. En la calle Villalar 6 han abierto hace apenas unos meses un espacio muy singular. Uno no tiene claro lo que es cuando franquea la puerta, pero sí siente una atracción irrefrenable al pasar por el escaparate. Proyecta un ambiente súper acogedor, muy de estar en casa.

Casi todo lo que ofrecen en Il Tavolo Verde es de origen orgánico.

Casi todo lo que ofrecen en Il Tavolo Verde es de origen orgánico.

Al entrar nos recibe Martina, luciendo una sonrisa encantadora y con un brillo que delata que está cumpliendo un sueño. Nos pedimos un café y un surtido de los pasteles caseros que luce el mostrador, bundt de calabaza, bundt de chocolate, (los bundt son unos cakes horneados en unos moldes grandes de origen escandinavo, muy populares en Estados Unidos), slice de pera y cardamomo, tarta de espinaca y ricotta, tarta de ricotta y tomate seco y una cookie de chocolate, a cual más rico. Mi amigo José Luis es un reputado cocinero, con mucha experiencia, y el adjetivo que utiliza para intentar describirlos es “casero”. Aprueba con la cabeza y con una ademán satisfactorio repite, “casero y muy bueno”.

Martina y Leo son los propietarios de Il Tavolo Verde. Les encanta cocinar y viajar.

Martina y Leo son los propietarios de Il Tavolo Verde. Les encanta cocinar y viajar.

Así estábamos, sumergidos en el análisis de los bundts, cuando Martina nos presentó a su marido Leo. Muy amablemente los dos accedieron a sentarse con nosotros y compartir su historia. Martina es una maña que ha dedicado su vida profesional a la moda, y Leo un argentino dedicado al arte. Sin ningún tipo de duda se palpa que son personas con mucha sensibilidad. Nos cuentan que todo empezó porque les encanta viajar y comprar muebles antiguos, usados, viejos, para restaurarlos. Percibo claramente una marcada conciencia ecológica en la pareja al explicar que lo antiguo es reciclar. Y claro, ¿qué podían hacer con tanto mueble y objetos de decoración? Necesitaban un espacio.

Después de mucho buscar, descubrieron el local de un antiguo broncista, y, con sus propias manos, picaron las paredes y descubrieron  los encantos del ladrillo visto, obra que duró desde el 1 de julio al 16 de diciembre del año pasado. Esto no es solo una tienda. A Martina le encanta cocinar, es otra de sus grandes pasiones, y en su local sirve un café ecológico. Casi todo lo que ofrecen es de origen orgánico, muchas de sus verduras son de producción propia en un huerto familiar que tienen en Guadalajara.

El mostrador de Il Tavolo Verde siempre luce un surtido de riquísimos pasteles caseros.

El mostrador de Il Tavolo Verde siempre luce un surtido de riquísimos pasteles caseros.

En Il Tavolo Verde ofertan una crema del día, dos tipos de ensaladas –ensalada de pasta con verduras al horno, ensalada de patata, huevos de codorniz y pesto-, un par de tartas saladas, cuscús, tabulé… También es tienda gourmet, con infusiones de Le jardins de Gala, cervezas como La Virgen y Montseny, el refresco Galvanina, agua con algo de carbónico de un manantial italiano con zumo de frutas, unos yogures de producción ecológica, un aceite de Almería (El Maltés)… ¡Cómo me gusta este sitio! Me recuerda a un restaurante que conocí en Brooklyn que cultivaba hierbas aromáticas y alguna hortaliza en la azotea con ese mismo espíritu. Creo que el proyecto de Martina y Leo, más que un negocio, es un estilo de vida.

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