En Madrid siempre ha tenido mucho éxito la cocina gallega. Pero no solo las marisquerías... Este bodegón lo firma Pepe Solla.

En Madrid siempre ha tenido mucho éxito la cocina gallega. Este bodegón lo firma Pepe Solla.

La cocina gallega levanta pasiones. Por su marisco, pescados, carnes… porque es sabrosa, abundante y fresca. En Madrid siempre ha tenido una gran acogida en las típicas marisquerías. Pero ahora, soplan aires nuevos con la llegada de estos restaurantes y casas de comida con la cocina del Atlántico más actual.

Respetar el producto es una de las máximas de Alabaster, todo un referente en Madrid.

Respetar el producto es una de las máximas de Alabaster, todo un referente en Madrid.

Iván Domínguez ha traído a Madrid su cocina de Alborada (una estrella Michelin), desde A Coruña, y en Alabaster (Montalbán, 9) la ejecutan magistralmente Antonio Hernando, en la cocina, y Óscar Marcos y Francisco Ramírez como sumilleres y jefes de sala que llevan el servicio como la seda. En dos años se ha colocado en el top de la restauración madrileña con algo tan sencillo y tan complicado a la vez como respetar la esencia del producto y cocinarlo con un gusto exquisito. Sus platos se puede degustar en la barra o en el comedor, con una carta muy surtida y sugerencias que traen lo mejor de cada momento.

Estas sardinas ahumadas en tosta con queso de Arzúa, tomate y cebolleta las sirven en Alabaster.

Estas sardinas ahumadas en tosta con queso de Arzúa, tomate y cebolleta las sirven en Alabaster.

Hay que probar: la empanada de maíz, gallega, gallega; las sardinas ahumadas en tosta con queso de Arzúa, tomate y cebolleta, las zamburiñas fritas en polvo de gambas, la merluza al vapor con pil-pil de lima limón y espinacas guisadas, el bonito o el salmonete asado, crema de pepino yodada, patata y ajada, el steak tartar de solomillo de ternera gallega con yema curada.

La Taberna Atlántico de Pepe Solla tiene una decoración muy marinera.

La Taberna Atlántico de Pepe Solla tiene una decoración muy marinera.

Pepe Solla es el último gallego que ha desembarcado en Madrid con su Taberna Atlántico, en la calle Velázquez, 31. Una versión moderna de la casa de comidas, dice el cocinero (dos estrellas Michelin en su Casa Solla de Pontevedra), con una decoración muy marinera, un producto de primera que llega directamente de Galicia (hasta el pan) y platos que sorprenden y agradan por partes iguales. ¿Un ejemplo? Los mejillones con curri verde. Aquí se puede tomar el pulpo como si estuviéramos en una pulpería gallega, auténtica, con esas mesas corridas donde se disfruta de la buena comida.

Un imprescindible: el pulpo que prepara Pepe Solla en la Taberna Atlántico.

Un imprescindible: el pulpo que prepara Pepe Solla en la Taberna Atlántico.

Hay que probar: la merluza de Celeiro con crema de queso, remolacha y frutos secos, im-pre-sio-nan-te. La costilla de cerdo ibérico, melosa y crujiente y el huevo de corral roto con cachelos asados y zorza.

Y tras su hermano mayor, hace unos meses ha abierto Atlántico Casa de Petiscos, que es como se le llama al picoteo en términos gallegos, petiscos son trozos pequeños, con un ambiente de mercado en el barrio de Retiro (Avda. de Menéndez Pelayo, 11) y con la misma calidad gallega.

 

Atrapallada es un restaurante familiar donde se practica la artesanía gastronómica.

Atrapallada es un restaurante familiar donde se practica la artesanía gastronómica.

Atrapallada es un clásico de la gastronomía gallega en Madrid. Lleva décadas ofreciendo cocina de mercado al más puro estilo de marisquería y hace unos meses realizó un cambio de imagen total, creando un espacio moderno, luminoso y muy atractivo, con una barra de tapas y pinchos donde sigue mostrándose el producto en fresco en un escaparate de cristal. El escenario hay cambiado pero la oferta de cocina casera se mantiene: aquí manda la gran variedad de productos autóctonos, de calidad y cocinados con sencillez. Un negocio familiar donde se practica la artesanía gastronómica.

Hay que probar: el pulpo a la gallega con cachelos, zamburiñas y percebes (un homenaje); las croquetas de queso de tetilla; el chuletón de vaca vieja; las fillas tradicionales o con crema y el sorbete de Albariño.

El restaurante Montes de Galicia ha cambiado por completo. ¡Hay que ir a conocerlo!

El restaurante Montes de Galicia ha cambiado por completo. ¡Hay que ir a conocerlo!

Tras casi veinte años como referente de la cocina gallega en Madrid, al restaurante Montes de Galicia, liderados por José Espasandín, le ha llegado también la hora del cambio. Está irreconocible. Su nueva decoración es un acierto pleno, elegante, contemporánea y muy acogedora, con distintos espacios y juegos de luces y mobiliario que nos trasladan a otro lugar. La carta, que mantiene sus clásicos, también ha dado entrada a nuevos platos y presentaciones más creativas, incluida una carta de cócteles que incluye los orujos gallegos.

En Montes de Galicia sirven este estupendo solomillo de vaca con patata asada, cherry y mantequilla de hierbas.

En Montes de Galicia sirven este estupendo solomillo de vaca con patata asada, cherry y mantequilla de hierbas.

Hay que probar: bacalao en costra de mayonesa de su pil-pil, sobre espinacas con piñones y pasas. Costillas de cerdo melosas con jalea de bourbon. Cebiche-sashimi de vieiras con piperrada de mango y ají. Solomillo de vaca con su patata asada, cherry y mantequilla de hierbas. Tarta de queso gallego con confitura casera, fruta de la pasión y mango.

Los sabores salvajes y arrebatadores llegan desde el océano a Atlantik Corner, en el Barrio de Las Letras (Ventura de la Vega, 11-13). Es el proyecto de Nuno de Noronha Goucha, un chef portugués que ha dado en el clavo. Mezcla recetas gallegas con portuguesas, donde no faltan las más clásicas y otras aliñadas con toques de otros países bañados también por el Atlántico, una fusión que funciona muy bien. Los vinos son también 100% atlánticos.

Estos callos de bacalao con garbanzos y oreja con tan buena pinta los preparan en Atlantik Corner.

Estos callos de bacalao con garbanzos y oreja con tan buena pinta los preparan en Atlantik Corner.

Hay que probar: bacalhau à brás, croquetas de zorza y hevos fritos con vieiras a la brasa, para empezar; chipirón salteado con papada ibérica y servido en tortilla mexicana; la ensaladilla rusa con pulpo a la gallega o los callos de bacalao con garbanzos y la torrija.

Y además:

La sede madrileña de la Barra Atlántica (que han traído Iago Pazos y Marcos Cerqueiro desde Santiago de Compostela), con un picoteo estupendo: la moluscada (de mejillones, navajas, almejas…), lo peixes nús (pescados del día) y los puñados (de percebes, berberechos…) También hay menú cerrado por 25 euros.

El pulpo es una de esas delicias que no hay que perderse en el restaurante Lua.

El pulpo es una de esas delicias que no hay que perderse en el restaurante Lua.

Y una visita al restaurante Lúa (Eduardo Dato, 5), donde el carballinés Manuel Domínguez ha conseguido una estrella Michelin en la última edición, y propone un menú degustación exquisito y delicado y tapas sorprendentes en su barra, como los nuggets de mollejas de cordero o ese pulpo en tres versiones.

 

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