¿Dónde vas con mantón de Manila? Aunque la pregunta forma parte de la letra de un chotis de la zarzuela La verbena de la Paloma, nos viene que ni al pelo para hablar de otras fiestas muy populares en Madrid, las de San Isidro, patrón de la ciudad. La respuesta a la cuestión no puede ser otra: a la pradera del santo el día 15 de mayo.
Las fiestas que sirven para honrar al patrón de Madrid comienzan el viernes 11 y terminan el martes 15, el día grande, donde todo el mundo tiene que acudir a la pradera del Santo, una extensa zona verde de más de 35 hectáreas, en el distrito de Carabanchel. Pero no vale ir vestido de cualquier manera. Aquí el traje oficial es el de chulapo y chulapa, que si hacemos caso a la Real Academia Española son esas “personas de las clases populares de Madrid, que afectan guapeza en el traje y en el modo de conducirse”. En realidad el término fue fijado por las zarzuelas de finales del siglo XIX y principios del XX, donde los personajes aparecían con una indumentaria bien definida. Para ellos, chaleco a cuadros blanquinegros con su correspondiente clavel en la solapa, gorra o parpusa a juego, pantalones negros y ajustados, botines y pañuelo blanco al cuello. Para ellas, pañuelo en la cabeza con clavel, blusa blanca, falda ajustada de lunares y, cómo no, mantón de Manila, prenda original de la China milenaria que llegó a España a través de las islas Filipinas. Rematados con flecos, son de vivos colores con bordados de flores.
La teoría es fácil pero, ¿dónde conseguimos los trajes? Un mantón de Manila de segunda mano puede costar a partir de 100 € en alguna tienda de anticuario. Pero el precio sube, bastante, si nos vamos a alguna tienda más especializada, por ejemplo Casa de Diego, en la Puerta del Sol, comercio centenario y con solera en el que venden auténticas maravillas. Para los chicos nuestra propuesta es pasarse por otra tienda con más de cien años de historia, Casa Yustas, en la Plaza Mayor, donde venden la típica gorra de pichi a partir de 17 €. Para conseguir todo el conjunto, también podéis pasaros por Maty, en la calle Hileras, donde además de disfraces de calidad encontraréis siempre trajes regionales como los de chulapos y chulapas para no desentonar en las fiestas.
Si ya tenemos todo listo solo nos queda ¡irnos a la pradera! Pero aquí hay que cumplir también una serie de rituales. El primero: beber agua de la fuente del Santo, en la ermita dedicada al patrón madrileño, construida en el mismo lugar donde, según cuenta la tradición, san Isidro, que era labrador, hizo brotar agua al chocar su vara contra una roca. La primera ermita fue levantada donde ahora se sitúa la actual, que es del siglo XVII, por expreso deseo de Isabel de Portugal, esposa de Carlos I, ya que parece ser que su hijo, el futuro Felipe II, se curó de una enfermedad tras beber agua de ella. Así pues es milagrera… Atención: esta fuente solo abre durante las fiestas, desde el día 12 hasta el 20 (10:00-15:00 h y 17:00-21:00 h; día 15, 8:00-22:00 h). El resto del año permanece cerrada.
Pero además de beber, hay que comer. Aunque la tradición nos recuerde que los platos más típicos son los entresijos y las gallinejas, los tiempos nuevos nos recomiendan llevar mejor una buena tortilla de patata. Como dulce dos opciones: los típicos barquillos (¿hay algo más castizo que un barquillero con su ruleta?) y, por supuesto, las rosquillas del santo. Hay que saber distinguirlas: listas (con glaseado), tontas (no tienen nada) o de Santa Clara, recubiertas con merengue seco. También las hay francesas: salpicadas con un picadito de almendra. Las más famosas de Madrid son las de El Riojano, en la calle Mayor.
Si habéis leído hasta aquí ya casi casi tenéis el carné de chulapo y chulapa. Solo os falta echar un vistazo al programa de fiestas y disfrutar de todas las actividades que tendrán lugar específicamente en la pradera. Este año se inaugura en ella un Rincón Castizo, que acogerá los días 12 y 13, a las 12:00 h, el Baile del Vermú, en el que habrá que marcarse un chotis, baile de origen centroeuropeo que llegó a Madrid allá por el siglo XIX. Por si alguien tiene dudas, se baila en pareja, cara a cara, al ritmo que marca el organillo. La mujer debe girar alrededor del hombre, que a su vez gira sobre su propio eje. Lo ideal es no salirse de una baldosa, así que ¡no hay que moverse mucho!
El día 14 en la pradera, junto a la Fuente Pequeña del Trébol, habrá reparto de paella a las 13:00 h, y el día 15, a la misma hora, de cocido, con sus garbanzos y su condumio. Ese mismo día 15, a las 10:00 h, lo que se repartirán serán claveles durante el desfile de Gigantes y Cabezudos. La jornada de fiesta concluirá a las 0:00 h con un espectáculo pirotécnico. Ya sabéis, futuros manolos y manolas, chulos y chulas, gatos y gatas… Para ser chulapo en Madrid y pasarlo fetén, como dicen los puretas, solo hay que salir de la queli y disfrutar de la verbena. ¡Abur!