La Antigua Pastelería del Pozo es, valga la redundancia, la pastelería más antigua de Madrid. Sus roscones de Reyes son los más solicitados, aunque también en estas fechas preparan otros dulces artesanos. Entre ellos, los polvorones. Estamos de suerte: hemos entrado en su obrador y nos han dado la receta.
Fundada en el año 1830, la Antigua Pastelería del Pozo (Pozo, 8), situada en la calle que hace de trasera del también centenario restaurante Lhardy, es fácilmente reconocible por su fachada, toda en madera. Hay que caer en la tentación que siempre nos brinda su escaparate y acceder a su interior, que nos propone todo un viaje en el tiempo.
Para sentir que este es un lugar con historia basta con mirar la foto dedicada por Jacinto Benavente, Premio Nobel de Literatura en 1922, a Luisa, abuela de la actual propietaria, o la placa que recuerda que a Pío Baroja le encantaban sus hojaldres. Aún se conservan las sillas en las que solían sentarse el médico y pensador Gregorio Marañón y su colega Carlos Jiménez Díaz para debatir si era mejor o no tomar los dulces antes, durante o después de las comidas.
Conocido en sus inicios como el Horno del Pozo, su fama se hizo aún mayor a principios del siglo XX cuando fue adquirida por el repostero Julián Leal Charle, que había trabajado como dependiente en ella. Hoy regenta la tienda Estrella, miembro de la tercera generación de una saga forjada entre harina, azúcar y mandiles blancos. Las recetas son las mismas que entonces, sencillas y con ingredientes naturales.
Aunque a lo largo de los tiempos ha sido objeto de importantes reformas la Antigua Pastelería del Pozo conserva intacto parte de su mobiliario, desde su mostrador de madera y mármol hasta la máquina registradora, fabricada en Cuba a mediados del siglo XIX que aún funciona, la lámpara, en su día de gas, o una balanza clásica de dos platos. ¿Y qué podemos comprar aquí? La respuesta es sencilla: hojaldres (los más famosos de Madrid, hechos con manteca de cerdo ibérico derretida) y los dulces de siempre, los que se han mantenido casi tal cual a lo largo de sus más de cien años. Entre ellos, sus Roscones de Reyes, sin fruta escarchada ni relleno: hay que soportar largas colas para hacerse con uno el 6 de enero. En apenas unos días ¡preparan más de cuatro mil!
En estas fiestas navideñas no hay que dejar de probar otros dulces artesanos, que elaboran con mimo y muchas horas de dedicación en su obrador. Quizás los turrones, entre los que destacan el de naranja y el hecho a la piedra, similar al blando, o tal vez sus polvorones. ¿Queréis probarlos? Dos opciones: acercarse hasta la calle del Pozo y comprarlos o probar a hacerlos en casa. Ésta es la receta.
LA RECETA. Polvorones de la Antigua Pastelería del Pozo.
Elaboración: