Madrid da la bienvenida, del 23 al 26 de junio, a toda la industria de Bollywood con la celebración en la ciudad de los premios anuales que entrega la International Indian Film Academy (IIFA). Para ambientarte, puedes pasarte por Lavapiés donde se concentra gran parte de la población india y salir a comer pollo tikka masala, panes (los naan) que salen del horno de barro o tandoor y curries cargados de especias y sabores picantes en estos indios cada vez más madrileños.
Al entrar en Tandoori Station parece que lo hacemos a una estación de tren, de esos que vemos cargados de gente en las películas indias. Tandori Station se ha ganado el estar en el podium de los mejores indios de Madrid. La carta es clásica, con más de 80 platos que se dividen en el ABC de la cocina india: entradas, asados al horno Tandoori y curries. Y para probar un poco de todo sin perder el tiempo en adivinanzas, yo os recomiendo el menú degustación. Entre las entradas, son muy buenas las keema samosas acompañadas de salsa de menta picante o la de yogur y pepino, ratia. Aloo Tikkia son unas hamburguesitas de patata y queso indio, paneer, con un punto justo de especias.
Del horno Tandoori sale pollo y cordero con un punto rico, bien especiado, pero sus curries son lo mejor: solo para paladares a prueba de bomba los Vindaloo, hiperpicantes, que llegan de la región de Goa. Para acompañar, el arroz basmati al estilo del sur de India y de bebida, una rica cerveza india, como la Cobra, es la mejor opción. La decoración es moderna, en tonos negro y acero, y fuera su terraza en el bulevar de Ortega y Gasset es de lo más acogedora.
Fathe Pur lleva el nombre de una ciudad india, Victoria, a 35 km de Agra donde se encuentra el famosísimo palacio Taj Mahal. Este indio de Retiro (en la calle Ibiza, 42 y con terraza en el bulevar) es un lugar sencillo y con cocina auténtica, con tandoori de pollo, cordero y pescado, buenos panes, naan, también en horno de barro. Su plato fuerte son los curries, más de 30 y con distintos niveles de picante. El de cordero al estilo Madrás es ya mítico. De entrada, tienes que probar las pakoras, verduras rebozadas en harina de garbanzo y fritas, buenísimas (y sin gluten), las samosas y la sopa de lentejas, que no faltan en la mesa india, muy especiadas y con un toque de cilantro. Ah, y si sobra, te lo preparan para llevar a casa.
Benares es un restaurante de alta cocina india que el chef Atul Kochhar, con una estrella Michelin en su restaurante en Londres, ha traído a Madrid. Ya os hablé de su estreno hace unos meses en este blog, pero para vivir el momento Bollywood os recomiendo conocer su terraza y espacio dedicado a las tapas y los cócteles. En la carta de tapeo destaca el cordero tierno de Cachemira al azafrán e hinojo, el pollo tandoori al estilo antiguo Delhi con chutney de menta, el chicken butter masala o el tradicional tikka masala de Punyab, por el que ya merece la pena ir. Y un par de cócteles imprescindibles: mi preferido, el Pasion Fruit Chutney Martini, con ese punto picante, y el Margarita de Azafrán, tan exótico.
Hay otras direcciones muy recomendables, como Swagat, (Núñez de Balboa, 29, y Cartagena, 82), bienvenido en indio, que recrea un escenario muy típico de Bollywood, lleno de colores radiantes, turquesa y rosa, donde parece que van a salir a bailar los actores de un momento a otro. Su creadora, Shibani Saigal, lleva 30 años en Madrid y después de trabajar en la embajada de India pensó en montar este genuino local. Los entrantes están muy logrados, todos rebozados con la harina de garbanzos, ricos los curries, pero lo más llamativo son sus panes, naan, de mil sabores: de ajo, pistachos, con patata, carne picada… preparados en hornos Tandoor traídos específicamente de Londres.
Los últimos restaurantes en llegar al panorama indio madrileño son Indian Aroma, junto a la plaza Santa Ana, con horno Tandoor y muchas opciones vegetarianas, y Tilk, recién estrenado, que pretende traer la cocina más actual india a Madrid, con las recetas tradicionales y caseras pero con presentaciones contemporáneas, según explican sus creadores. Por cierto, Tilk o Tilak es el punto rojo, el adorno que llevan en la frente los indios. Muy buenas las brochetas que preparan en el horno Tandoor, que no podía faltar: pide la Hariyali Kabab, de pollo marinada con especias y albahaca y con un suave toque de lima y jengibre.
Madrid cuenta con su propio barrio indio y ese es Lavapiés. La población india se concentra aquí, tanto que ya celebra sus propias fiestas como el Festival Holi, en agosto, con una divertida guerra de polvos de colores. La gastronomía india se ha instalado en la calle Lavapiés donde encontramos restaurantes indios, uno tras otro: Shapla en el 40, lleva más de una década en la calle, con un exquisito cordero tandoori con langostinos como especialidad; Nueva Delhi, en el 44 y al lado Baisakhi, con un menú desde 9,5 euros, muy buen trato y el punto picante muy a la occidental. Pegado, en el 46, encotraréis Taj Mahal y Anarkoli, donde tienes que probar su chiken korma, pollo troceado con anacardos y coco. Y para terminar Calcuta, en el 48 de Lavapiés. Aquí pide el pollo, chicken tikka masala, y de postre, el Mango Lassi.