El pendiente de Lola Flores
Asentado Fernando VII en Madrid, hace ahora poco más de dos siglos, decidió adecentar El Retiro, que estaba hecho unos zorros por aquello de la Guerra de la Independencia contra los franceses. Metido en obras, ya se sabe, una cosa lleva a la otra y acabó reservando para su uso personal un buen trozo del parque. Tapiado y arbolado, mandó construir varios edificios (conocidos como “Caprichos”) entre los que se encontraba la Casa del Contrabandista, hoy sede de la sala de fiestas Florida Retiro.